La vitamina C se convierte en una de las protagonistas del invierno. Como solo recordamos muchas veces las cosas cuando las necesitamos, es momento de prevenir resfriados con un buen chute energético que nos aportan las frutas con vitamina C. Pero, ¿solo tienen este beneficio?, ¿los cítricos son las frutas que más vitamina c tienen?

Los dietistas recomiendan no confiar nuestro balance vitamínico en suplementos. Estos suplementos son más difíciles de ser asimilados por nuestro organismo ya que sus vitaminas no se encuentran presentes de manera natural. Para asegurarnos de que las vitaminas que ingerimos serán adquiridas de forma que sean más útiles es necesario acudir a la fuente natural de las mismas. Esto significa que deberemos encontrar vitaminas en carnes, pescados, legumbres, hortalizas, cereales, lácteos y, sobre todo, fruta. Por eso vamos a hacer un repaso de las frutas con vitamina C más relevantes.

Naranja, una de las frutas con más vitamina c

Todos hemos escuchado hablar de lo bueno que es un zumo de naranja en invierno para prevenir los resfriados. La naranja es un alimento muy rico en vitamina C que puede ser ingerido en gajos, en rodajas con canela y en zumo. Además, siempre en trocitos muy pequeños, podemos aportar un toque cítrico a nuestras ensaladas o cocinar el salmón a la sartén rociado en zumo de naranja. También se puede optar por un batido en el que la protagonista sea la naranja, lo que aportará un poco más de frescor y ligereza si el resto de frutas usadas son contundentes al sabor y a la textura.

Guayaba y sus propiedades

Sin embargo, pese a que en España hayamos puesto a la vitamina C el rostro de una naranja o cualquier variedad de esta, no es ni mucho menos el alimento con más proporción. En un ránking elaborado por BBC Mundo, se califica a la guayaba como el producto con más vitamina C. El no poder acceder a la guayaba de manera regular y no ser tan culturalmente reconocible para nuestra sociedad hacen que este hecho pase desapercibido muchas veces para la mayoría de consumidores. Sin embargo, es una oportunidad para destacar el potencial de esta fruta y descubrir su sabor y propiedades beneficiosas. No obstante, debemos decir que la naranja sigue siendo una de las frutas con alto contenido de vitamina c, a pesar de no ser la que más tiene de todas.

Grosella negra

Vamos ahora con otra fruta tropical que supone una apuesta arriesgada para incluir en la dieta de los más reacios a innovar. La grosella es una fruta con muchas propiedades entre las que, por supuesto, destaca la vitamina C, pero que requiere de un esfuerzo extra para su ingesta. Al no ser una fruta demasiado dulce, se recomienda ingerirla con algún edulcorante como la stevia o la miel.

Kiwi

El kiwi normalmente es más reconocido por su alto contenido en fibra y muchas veces se obvia que es una fuente de vitamina C más poderosa incluso que los cítricos. El kiwi tiene un sabor con mucha personalidad. Sin embargo, culturalmente en España estamos más acostumbrados a incluir esta fruta en nuestra dieta. Ideal para suavizarla tomándola con un yogur natural o sencillamente cortándola por la mitad y comiéndola a cucharadas.

Fresa

Una fruta que suele gustar a todos es la fresa. Posee un sabor que define nuestra gastronomía. Batidos, yogures, cremas para galleta o bizcochos, refrescos, chicles, caramelos, golosinas, medicamentos… A prácticamente todos los productos elaborados (o artificiales) imaginables hemos trasladado el sabor de una fruta sabrosa y muy beneficiosa para el organismo. Es por ello que reivindicamos el volver al original para disfrutar del sabor, pero también de las numerosas propiedades beneficiosas para nuestro organismo que tiene la fresa. En el caso de la vitamina C, su presencia vuelve a ser mayor que en otros cítricos.

Verdades y mitos de la vitamina c

Una vez desmontada la creencia de que la vitamina C solo está presente mayoritariamente en cítricos, tenemos que recordar el hecho de que aunque estos no sean los alimentos que más la contienen, también suponen un gran aporte de esta propiedad para el organismo. Por otra parte, además de las frutas citadas, podemos encontrar altas dosis de vitamina C en el pimiento rojo, el perejil, el chile, la granada, la patata, la calabaza, la coliflor, la espinaca y en todas las verduras de hojas verdes en general.

La vitamina C tampoco es solo para combatir resfriados, sino que tiene un efecto beneficioso en muchos de nuestros aparatos, órganos y tejidos. Es un antioxidante, por lo que es muy recomendable para mitigar los efectos del paso del tiempo en todo nuestro organismo. Dentro de esto, también beneficia a la piel y a nuestra estética. Por otra parte, las propiedades que posee beneficia en todo momento a la regeneración y fortaleza de tejidos y microtejidos, esto supone que sea un aliado para ralentizar los efectos de enfermedades degenerativas caracterizadas por la destrucción de tejidos.

Antioxidantes en las frutas con vitamina c

La vitamina C también tiene el nombre de ácido ascórbico y cumple otras muchas funciones. Como antioxidante es un gran apoyo del sistema inmunológico. El sistema inmunológico es todo el funcionamiento de cada parte de nuestro cuerpo para hacer frente a amenazas externas o internas, respondiendo a enfermedades y deterioro. Por otra parte, la vitamina C beneficia directamente a uno de nuestros órganos más vitales, el corazón. El corazón no es el órgano más complejo, sin embargo sí que es el responsable de que la sangre oxigenada llegue a todos los puntos de nuestro cuerpo para dar vida a las células que hacen que seamos organismos vivos.

La vitamina C también resulta vital para el crecimiento, por lo que nunca debe faltar la ingesta de estas frutas o de un buen zumo o batido para los menores de 25 años, edad orientativa hasta la que sigue creciendo nuestro cuerpo. Las encías también son uno de los tejidos beneficiados específicamente por la vitamina C. Una falta de la misma podría provocar el retroceso de la masa de la encía, lo que pondría al descubierto más esmalte en nuestros dientes que quizá no esté preparado para enfrentarse a la ingesta diaria. Otra consecuencia sería que las encías son la sujeción de toda nuestra dentadura, por lo que unas encías más débiles podría derivar en dolores e incluso pérdida de piezas dentales.

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