La Navidad es época de dulces. Sin embargo, puedes renunciar a las confiterías y hacer dulces sanos en casa. La apuesta no es ni mucho menos novedosa, se trata de la fruta escarchada. Una fruta que puedes encontrar en el roscón de reyes u otros preparados. Te animamos a que uses la fruta no solo como una pieza con la que desengrasar después de copiosas comidas. La otra opción es crear con ella deliciosos dulces para tomar en solitario o acompañar a otros postres caseros.
Por lo tanto, recuerda que siempre será más sano y delicioso un postre que hagas de manera artesanal que uno ya preparado. Por eso es una buena idea dedicar un tiempo de nuestras vacaciones en convertirnos en auténticos chef. Además, cocinar en familia, en pareja o con amigos es un momento especial en el que relajarse y estrechar lazos y más todavía si es fruta escarchada.
El escarchado es una técnica que solo requiere de la propia fruta y azúcar, por lo que excepto para personas diabéticas, con caries o con un nivel crítico de colesterol, supone una opción muy saludable al conservar todos los componentes de la fruta. En ella encontramos un alto contenido de fibra, vitaminas, fibra, calcio, fósforo, magnesio, cinc, potasio…
Casi cualquier fruta es susceptible de ser transformada en fruta escarchada. Cerezas, kiwis, peras, limones, naranjas, uva, albaricoque, melocotón, piña, higos, mandarinas… Lo que sí debemos recordar y es muy importante es que la fruta escarchada debe cortarse en trozos relativamente pequeños y no superiores al tamaño de un gajo de naranja. Por otra parte, para empezar el proceso, la fruta debe estar pelada y lo más limpia posible. Además debemos haberle extraído las partes duras como huesos y pepitas.
Cada fruta tiene un proceso personalizado
Que utilicemos varias frutas no quiere decir que las podamos mezclar durante el proceso de escarchado, ya que cada una debe explotar unos sabores y unas cualidades distintas. Para empezar se preparará un kilo de fruta y se le hará pequeñas incisiones para que pueda penetrar mejor el almíbar. A continuación, en una olla, se pone el equivalente del peso de la fruta en azúcar (un ejemplo, medio kilo de fruta por medio kilo de azúcar) y la mitad de peso de esta cantidad en agua (en este caso, 25 centilitros de agua). A continuación, calentar a fuego lento el azúcar y cuando este se diluya se añadirá la fruta.
Fruta escarchada, el toque del almíbar
Al comenzar un hervor suave se retira la fruta con una espumadera, ya que estará blanda y no queremos que se rompa. Mientras, dejamos hervir el azúcar hasta que se convierta en el almíbar que será la clave para el escarchado. Cuando el almíbar ya esté denso, se deja enfriar hasta que esté casi a temperatura ambiente y se vierte sobre la fruta que hemos sacado previamente. A continuación, deberá reposar durante 12 horas. Después, se separarán las frutas del almíbar, pondremos otra vez a hervir el almíbar y repetiremos la operación anterior hasta que las frutas absorban todo el almíbar.
Cada vez que pongamos a hervir el almíbar habrá que tener cuidado y no pasarnos con el fuego, ya que corremos el riesgo de que se convierta en caramelo. El caramelo es más espeso y no podría ser absorbido igual por la fruta, dando lugar a un alimento completamente distinto.
La paciencia es la clave de este proceso, ya que para que la fruta absorba todo el almíbar puede que tengamos que repetir este proceso hasta en cuatro ocasiones.Después de esto, hay que dejar secar la fruta en una rejilla para que escurra todo el almíbar y así pueda solidificarse todo el azúcaar que debe impregnar toda la pieza. Un esfuerzo que merecerá la pena porque este manjar navideño gusta a niños y adultos y, por tradición, también a nuestros mayores.
La piel de la fruta también se escarcha
Hay frutas que incluso directamente se pueden escarchar con la piel, como es el caso de la naranja y el limón (no tan recomendable en la mandarina). Sin embargo, la piel por sí sola también puede ser un elemento muy interesante para someterlo al escarchado. El caso de la piel de la naranja es el más popular para escarchar por separado. En este caso el proceso de escarchado es bastante similar al de sus pulpas. Sin embargo, para ablandar y restar amargor a la piel o corteza, antes del primer baño en almíbar, deberán dejarse en agua hirviendo durante 10 minutos. Si necesita los ingredientes para hacer este manjar navideño puede comprar una de nuestras cesta de frutas navidad.
Acompañante de repostería.
Como bien es sabido, la fruta escarchada es un elemento fundamental del típico roscón de reyes (mucho más que la crema pastelera o la nata y la trufa de la que se rellenan últimamente). Lo cual no significa que sea su única aplicación. La fruta escarchada se puede tomar tanto sola como acompañada de piezas de repostería. Es una acompañante que dará un toque muy especial a galletas, bizcochos y pasteles. Muy utilizada también para completar recetas con bizcochos «borrachos» o bañados en brandy.
Sin embargo, la fruta escarchada también se puede combinar con ciertos sabores salados. Es el caso de los frutos secos, los cuales aportan un sabor sobrio que contrarresta el dulzor y el sabor dominante de la fruta escarchada.
Para tomar también con bebidas.
Cualquiera de estas opciones es susceptible de ser acompañada también por diversas bebidas. El café puede ser una de ellas, lo cuál será una apuesta de contraste entre sabores fuertes. Si bajamos la temperatura de la bebida un poco nos encontramos con otro clásico navideño, el vino dulce. Esta opción aporta al cuerpo unas calorías extra al ser el vino dulce un alimento muy azucarado pero sin duda resultará una opción deliciosa. En el aspecto más festivo, la fruta escarchada también puede ser rehogada con cava o sidra, lo que aumentará la presencia frutal en la comida. Por último, es también una «golosina» muy apropiada para tomar con cócteles. De hecho, muchos optan por introducirla directamente en la bebida para que le aporte azúcar y sabores frutales al combinado. Más usual para el gin-tonic y otras bebidas blancas.